4 Así lo hizo la mujer de Jeroboam: se levantó, se fue a Silo, y entró
en la casa de Ajías. Ajías no podía ver porque sus pupilas se
habían
quedado rígidas a causa de su vejez,
5 pero Yahveh había dicho a Ajías: «Mira, la mujer de Jeroboam viene
a pedirte un oráculo acerca de su hijo que está enfermo. Esto y esto le dirás.
Cuando ella entre, se hará pasar por otra.»
6 En oyendo Ajías el ruido de sus pasos, cuando entraba por la puerta,
dijo: «Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué quieres pasar por otra? Tengo
un duro mensaje para ti.
7 Vete a decir a Jeroboam: “Así dice Yahveh, Dios de Israel: Por
cuanto te levanté de en medio del pueblo y te puse como caudillo
de mi
pueblo Israel,
8 arranqué el reino de la casa de David para dártelo a ti, pero tú no has
sido como mi siervo David que guardó mis mandamientos y me siguió con
todo su corazón haciendo sólo lo que es recto a mis ojos,
9 mientras que tú has hecho más mal que todos los que fueron antes
que tú, y has ido a hacerte otros dioses, imágenes fundidas, para irritarme,
y me has arrojado detrás de tus espaldas,
10 por esto, voy a hacer venir el mal sobre la casa de Jeroboam y
quitaré a Jeroboam todos los varones, esclavos o libres en Israel, barreré a
fondo la casa de Jeroboam como se barre del todo la basura.
11 Los de Jeroboam que mueran en la ciudad serán comidos por los
perros, y los que mueran en el campo, serán comidos por las aves del cielo,
porque ha hablado Yahveh.”
12 Cuanto a ti, levántate y vete a tu casa; cuando tus pies entren en la
ciudad, morirá el niño.
13 Todo Israel le llorará y le darán sepultura. Este tan sólo de los de
Jeroboam entrará en el sepulcro, porque de la casa de Jeroboam sólo en él
se ha hallado algo bueno ante Yahveh, Dios de Israel.
14 Yahveh se suscitará un rey sobre Israel que exterminará la casa de
Jeroboam.
15 Yahveh golpeará a Israel como las aguas agitan una caña, y
arrojará a Israel de esta tierra buena que dio a sus padres, y los dispersará
al
otro lado del Río, porque hicieron sus cipos que irritaban a Yahveh.
16 Y entregará a Israel a causa de los pecados que cometió Jeroboam e
hizo cometer a Israel.»
17 La mujer de Jeroboam se levantó, se fue y entró en Tirsá; y cuando
ella entraba en el umbral de su casa, había muerto el niño.
18 Le dieron sepultura y todo Israel hizo duelo según la palabra que
Yahveh había dicho por boca de su siervo, el profeta Ajías.
19 El resto de los hechos de Jeroboam, cómo guerreó y cómo reinó,
están escritos en el libro de los Anales de los reyes de Israel.
20 El tiempo que reinó Jeroboam fueron veintidós años y se acostó
con sus padres. Reinó en su lugar su hijo Nadab.
21 Roboam, hijo de Salomón, reinó en Judá; tenía 41 años Roboam
cuando comenzó a reinar y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que
había elegido Yahveh de entre todas las tribus de Israel para poner en ella
su Nombre. El nombre de su madre era Naamá, ammonita.
22 Judá hizo el mal a los ojos de Yahveh. Irritaron su celo más que lo
hicieron sus padres por los pecados que cometían:
23 también ellos se construyeron altos, estelas y cipos en toda colina
elevada y bajo todo árbol frondoso.
24 Hasta consagrados a la prostitución hubo en la tierra. Hicieron
todas las abominaciones de las gentes que Yahveh había arrojado de
delante de los israelitas.
25 El año quinto del rey Roboam, Sosaq, rey de Egipto, subió contra
Jerusalén
26 y se apoderó de los tesoros de la Casa de Yahveh y de los tesoros
de la casa del rey; de todo se apoderó. Y, como llevó todos los escudos de
oro que había hecho Salomón,
27 el rey Roboam hizo en su lugar escudos de bronce, que confió a los
jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey.
28 Cuando el rey entraba en la Casa de Yahveh, la guardia los llevaba
y después los devolvía a la sala de la guardia.